Pocas cosas hay que me gusten más que llegar a una comida o una cena y encontrar una tabla de quesos. Pero no una tabla de quesos cualquiera. Me gusta cuando las tablas son vistosas, alegres, coloridas y mimadas. Cuando una tabla de quesos se prepara con mimo, se nota en la presentación, pero también en el sabor. Es, para mi, uno de los gestos de amor más bonitos porque, como dice Santiago Mohedano, “no sé cuál será la receta de la felicidad, pero queso lleva seguro”.
Aún así, seguro que os ha pasado que, te lanzas a preparar una y no sabes por dónde empezar. Se va acercando la Navidad y en aperitivos o postres, los quesos son un fijo en las mesas.Y sé que a mucha gente le pasa como a mi… Por eso aquí te dejo cómo preparar la tabla de quesos perfecta. Será el mejor regalo para tus invitados.
¿Dónde y cómo montar la tabla de quesos?
Antes de empezar, debemos tener en cuenta uno de los pasos más importantes. ¿Dónde montar mi tabla de quesos? Elige un soporte de tamaño adecuado en función al número de comensales, de quesos y complementos que vas a colocar. Te recomiendo elegir un soporte liso de madera o cerámica que suelen ser los más vistosos, aunque puedes elegir el material que más te guste.
Además del soporte, es imprescindible contar con diferentes instrumentos para cortar acorde a la dureza de las diferentes texturas de los quesos que vamos a colocar. Hay cuchillos que se adaptan a las condiciones de los quesos, a sus texturas, a la dureza de su corteza, a su forma… Por eso, para asegurarte de que los cortes son los correctos y no arruinarán tu tabla final, deberás hacer uso de todos los cuchillos diferentes posibles.

La elección para la tabla de quesos: variedad de texturas, aromas y sabores
El mayor de los quebraderos de cabeza… ¿Qué quesos elegir para preparar una tabla de quesos perfecta? Llegar a la quesería o al supermercado tampoco ayuda, lo sé. Quesos y quesos, todos lucen deliciosos y todos te están diciendo “cógeme”. Algo importante, no lanzarse a comprar todos como un loco. Tenemos que tener en cuenta cuántos comensales vamos a recibir y si la tabla formará parte de los aperitivos o del postre. No tiene sentido montar una tabla enorme si después nos espera una copiosa comida o cena o si previamente hemos servido una mesa muy larga.
Te recomiendo elegir una variedad de mínimo 6 y ascender hasta los 10 quesos, en caso de que el número de comensales sea muy alto. Es importante conseguir un equilibrio perfecto entre sabores, intensidades y texturas. A la hora de escoger, también te puedes guiar por el país de procedencia. Una buena idea es juntar varios de diferentes países, aunque una tabla de un solo país puede quedar también perfecta. Por ejemplo, una tabla con quesos españoles, dado el amplio abanico del que disponemos, puede ser ideal.

Aquí te dejo recomendaciones para montar una tabla guiándote por las diferentes texturas. Intenta incluir distintos animales. Así, la tabla final incluirá quesos de cabra, vaca y oveja con distinta maduración, textura e intensidad.
Orden de los quesos en la tabla
El orden de los quesos en la tabla es un aspecto muy importante. Debemos llevar al comensal a través de un viaje, por lo que es necesario que estén correctamente colocados. Nos guiaremos por las texturas: blandas, duras y quesos azules.
Comenzaremos la tabla colocando quesos de pasta blanda. Desde los lácticos, más untuosos y suaves hasta los de corteza lavada y los de corteza enmohecida. Es importante que los coloquemos en este orden atendiendo a su intensidad. Aquí puedes incluir quesos frescos, tiernos y cremosos.

A continuación, colocaremos los quesos de pasta cocida, los cuales tienen un sabor algo más dulce y una textura más firme. Son perfectos como transición desde los quesos más suaves que hemos colocado al principio hacia los quesos más intensos que vendrán después.

Pasamos ahora a los quesos curados, los de pasta dura. En esta sección te recomiendo que apuestes por quesos españoles, ya que son los más famosos y prestigiosos. Son quesos intensos, de textura más fuerte y significativamente más secos.

Por último, colocaremos un queso azul. Estos quesos tienen un sabor y una textura muy diferente al resto de la tabla. Tienen mucha intensidad. Algunos tanta, que llegan incluso a ser picantes. Aún así, existen quesos azules no tan agresivos que pueden ser todo un acierto.

Ejemplos de cada tipo de queso
Te dejo aquí algunos ejemplos de cada grupo de queso ordenado por texturas. Ten en cuenta que cada tabla es un mundo y se puede adaptar a tus preferencias o gustos.
- Quesos lácticos: quesos frescos de cabra y vaca, Besos de Rey Silo
- Quesos corteza lavada y corteza enmohecida: Queso Brie, Queso Camembert, rulo de cabra y Arzúa-Ulloa
- Quesos de pasta cocida: Comté, Parmiggiano, Cheddar o Gouda
- Quesos curados o quesos de pasta dura: Manchego, Majorero, Idiazábal o Zamorano
- Queso azul: Cabrales, Roquefort o Stilton
Acompañamientos en la tabla de quesos
¿Con qué acompaño los quesos en la tabla? Se abre aquí otro mundo complejo. Puede ir al gusto, pero lo ideal es que los acompañamientos no quiten protagonismo a los quesos, el elemento principal. Apuesta por unas regañás o unos picos de buena calidad. Los crackers tostados o con romero completarían la lista de panes.
Otro apoyo excelente son frutas dulces como uvas colocadas con delicadeza, higos o manzana. Si te gustan las mermeladas, puedes colocar pequeños tarritos de mermelada de peras o de membrillo. Y otras opciones dulces que acompañan de maravilla son la miel o las frutas secas como orejones y dátiles. Además, nunca pueden faltar los frutos secos como nueces, avellanas o pistachos…

En cualquier caso, ten siempre en cuenta que lo más importante es hacer una buena selección de quesos. Variedad, calidad y no pecar de excesos.
¿Y para beber?
Lo más simple es agua mineral, aunque en estas fechas de celebración podemos apostar por diversos maridajes. En general los vinos espumosos y frescos combinan de maravilla con la intensidad de los quesos y limpian el paladar de uno a otro. También el vino blanco o la sidra son perfectos para acompañar a los quesos de menor intensidad. Lo primordial es que se respete el protagonismo del queso, el maridaje puede ir en función del gusto del comensal.
En triángulos, en cubos, desmenuzado… ¿Cuál es el corte perfecto de los quesos?
Por último, pero no menos importante, presta atención al corte de los quesos. Recuerda que una mala presentación puede arruinar tu tabla. Cada queso tiene su corte. Y cada corte en función de la textura. En los más blandos, el corte debe ser como el de una tarta, mientras que el corte de los más duros y consistentes, será perfecto en triángulos. En los quesos como el Cheddar o el Gouda puedes hacer cubitos y en otros mucho más duros como el Parmiggiano, desmenuzarlo nunca es una mala opción. El rulo de cabra siempre en rodajas y el queso azul, lo ideal es dejarlo entero e ir sacando piezas sobre la marcha.
Recuerda además, que los quesos se deben servir a temperatura ambiente. Por lo que se recomienda sacarlos entre 1 y 3 horas antes de la nevera dependiendo de la textura. este paso, también facilitará su corte.
Una mesa bien adornada siempre se corona con una buena tabla de quesos. Tus comensales vivirán un viaje de intensidades, sabores, texturas y aromas a través de los diferentes quesos que coloques. Por eso, es imprescindible que la tabla esté bien equilibrada, colocada y ordenada. Después de saber todo sobre cómo montar la tabla de quesos perfecta, lánzate a impresionar a tus invitados. Si la preparas bien, puede convertirse en una auténtica obra gastronómica, no solo para el paladar, sino también para los ojos.